Objetivos y Propósitos de Nuestra Orden.

 

La Tabla Esmeralda de Hermes dice: "Como es abajo, es arriba, y como es arriba, es abajo. Con este sólo conocimiento usted puede hacer milagros". Aunque no es una religión, la Orden Hermética de la Aurora Dorada (Hermetic Order of the Golden Dawn) respeta todas las religiones con reverencia y enseña una filosofía Hermética y una ciencia de desarrollo espiritual. Nuestro propósito es asistir a individuos para despertar y revelar su potencial dormido dándoles las herramientas necesarias para alcanzar la autorealización. Este proceso transforma cuerpo, mente y espíritu, y en Última instancia conduce a una completa y nueva relación con el universo, en donde la experiencia de la dualidad, la identidad del ego, y la distinción entre el Uno mismo y el no-Uno mismo, interno y externo, se trasciende totalmente, dando como resultado la autorealización de ser la Cosa Única que es el universo entero.

La Tabla Esmeralda dice que "la Luna es la madre y el Sol es el padre”. Esto se refiere a los dos ciclos de los misterios Herméticos, el externo y el interno, el lunar y el solar. También se refiere a nuestra naturaleza dual como seres humanos, ya que no sólo estamos compuestos de materia de la tierra sino también de la energía (espíritu) del sol. En occidente, vivimos en sociedades donde se animan los valores materiales pero no los valores espirituales. La sociedad profana nos enseña que el dinero y las cosas materiales son la cumbre de la felicidad y bienestar. La ciencia hermética nos enseña, sin embargo, que no sólo necesitamos alimentar nuestros cuerpos físicos sino también fortalecer y desarrollar nuestros cuerpos energéticos.

Por otra parte, la filosofía hermética no enseña que la materia o el materialismo deben ser desdeñados. La Tabla Esmeralda dice además: "asciende de la tierra y desciende del cielo; recolecta para sí mismo la fuerza de las cosas de arriba y las de abajo”. Más que ser algo que deba desdeñarse, la materia es en realidad la "prima materia” con la cual comenzamos el gran trabajo, y la Opus Mágnum que por sí misma implica la materialización del espíritu y la espiritualización de la materia. En términos de valores, no hay nada malo con materialismo en sí mismo, pero los valores espirituales deben equilibrarse y complementar a los materiales.

Como individuos profanos, nos experimentamos a nosotros mismos como yo (egos); separados del universo. Estamos llenos de nosotros mismos y nos damos demasiada importancia. Vemos la realidad externa como algo extranjero, algunas veces incluso hostil contra nosotros. Nuestra autoconciencia está extremadamente limitada y distorsionada por la relación dual con el universo. Egocentrismo, egoísmo, avaricia, celos, soledad y todas las cosas de esta naturaleza son los resultados directos de nuestro conocimiento limitado de nosotros mismos como algo separado de la realidad externa. Este estado de la mente causa mucho sufrimiento.

La comprensión de nuestros propios intereses depende totalmente, por supuesto, de nuestra experiencia sobre quién y qué somos. Alternadamente, nuestras acciones están motivadas por los propios intereses. Así, como individuos profanos, no sólo nuestra percepción de uno mismo está completamente distorsionada, sino que también nuestras acciones se basan en una comprensión errada de nuestros propios intereses. Nos enredamos ciegamente más y más en las redes de la dualidad; una infinita ilusión autocreada y autoperpetuada. En resumen... vivimos una mentira.

Pero el universo nos susurra la verdad constantemente. Ella nos recuerda, nos llama y nos fascina, seduciéndonos para ver la verdad más allá de las apariencias. Cada uno de nosotros tiene dos ojos, dos oídos, dos riñones, dos pies, dos manos, etcétera, pero cada una de estas dualidades son una parte y una parcela de lo mismo, un Único cuerpo. La Tabla Esmeralda de Hermes nos enseña: "y puesto que todas las cosas existen y emanan del Todo que es la Última Causa, así todas las cosas han nacido después del Todo”. Se atribuye a Hermes Trismegisto la frase: "Dios es una esfera infinita, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna". Así, la ciencia Hermética enseña que todos los miles de millones de criaturas y cosas separadas según la perspectiva dual, más allá de las apariencias ¡son realmente parte de un organismo, Único, solitario y gigantesco que es el universo entero!

La ciencia Hermética nos da las herramientas que necesitamos para desenredarnos lentamente de nuestras redes de ilusión autofabricadas y autoperpetuadas. La tradición pitagórica ve el número tres como el número de la integridad. La unidad primordial del número uno sucumbe a la dualidad con el número dos. En la geometría, la dualidad creada por dos puntos sólo puede superarse con la suma de un tercer punto, creando así un triángulo del elemento bivalente y restableciendo la unidad. En la Aurora Dorada, esto se describe como "dos fuerzas enfrentadas y una que las une eternamente. Dos ángulos básicos del triángulo y uno que conforma la cúspide. Tal es el origen de la creación - es la tríada de vida."

La Tabla Esmeralda afirma: "es por esta razón que me llaman Hermes Trismegisto; pues poseo el tres esencias de la filosofía del universo". Esto refiere a la tríada de disciplinas sobre las que se asienta la estructura completa de la ciencia Hermética: astrología, teúrgia, y alquimia. La teúrgia y la alquimia son los pilares derecho e izquierdo de la entrada al santuario de los misterios más elevados, y la astrología es el vértice que los une.

La astrología nos asiste para entender nuestro lugar en el universo y proporciona el fondo sobre el cual las ciencias herméticas de la teúrgia y la alquimia pueden practicarse como herramientas para la autoliberación, la autotransformación, y la autorealización. La teúrgia y la alquimia son disciplinas complementarias y deben practicarse conjuntamente. La teúrgia produce sobre todo una transformación psíquica, mientras que la alquimia produce principalmente la física. Juntas producen una transformación espiritual dando como resultado la autorealización duradera.

En todos los sistemas iniciáticos herméticos verdaderos, los misterios lunares vienen antes que los solares; cada uno utiliza distinta metodología para facilitar progreso espiritual. Todos nosotros comenzamos nuestro viaje iniciático como profanos inmersos en las redes de la dualidad, la ilusión y las apariencias. Las técnicas que utilizamos en el comienzo de nuestro viaje son aquellas pertinentes según nuestra experiencia como egos; como seres Únicos separados del universo. Estas son las disciplinas herméticas "lunares" de lo externo, teúrgia y alquimia. A medida que progresamos espiritualmente, sin embargo, nuestra conciencia cambia, y por tanto las técnicas que usamos también deben hacerlo.

Al aproximarnos a la conciencia de la unidad universal, entramos en el ciclo de los misterios herméticos "solares". Mientras que nuestra autoconciencia cambia también deben hacerlo las técnicas que utilizamos, para progresar espiritualmente. En los misterios solares, utilizamos las disciplinas herméticas internas, o interiores, la teúrgia y la alquimia. Esto no significa que los misterios solares y las disciplinas "internas" sean superiores o más avanzados que las lunares, las "externas"; es simplemente cuestión de usar las técnicas más eficaces acordes con los cambios en el conocimiento y la autoconciencia. Nuestra conciencia se transforma cuando nos alejamos del paradigma de la dualidad, desde las disciplinas herméticas externas a las internas, hasta llegar al punto que la distinción entre interno y externo, yo y el noyo, no exista en nuestra autoconciencia. Solamente la conciencia de la unidad universal.

El aspirante de los misterios herméticos debe, sin embargo, tener cuidado pues nuestros egos son engañosos y sutiles, prefiriendo enredarnos en la dualidad. Hay mil maneras para que nuestros egos usurpen nuestra búsqueda espiritual y la corrompan, en otro viaje del ego: los títulos de lujo del Adeptado, ilusiones del logro, prácticas espirituales “avanzadas”, cargos de dirección en Órdenes ocultas, y muchos más. Todas estas cosas no son nada más que de oro, trampas brillantes para arrastrarnos de nuevo dentro de las redes de dualidad e ilusión.

La Tabla Esmeralda comienza con la declaración "esta es la verdad alejada de toda falsedad". Debemos comenzar así nuestro viaje discerniendo entre lo falso y lo real, cuidándonos del autoengaño. La aspiración más alta de nuestras almas es seducida con demasiada facilidad para regresar a la visión dual de ver la realidad. La magia es una trampa extremadamente peligrosa y sutil. Teúrgia, la mano derecha de la ciencia hermética, es una poderosa y primaria herramienta para la autoliberación. La magia, sin embargo, usurpa a la teúrgia en el servicio del ego, desviándolo y corrompiéndolo. La teúrgia verdadera no tiene otra meta que la búsqueda de la verdad, la transformación espiritual, y la autorealización. La magia, por otra parte, simplemente gratifica al ego con poder, riquezas, y otras cosas seductoras. Mientras que la teúrgia busca liberar la autoconciencia, la magia la arrastra nuevamente a la dualidad agradando, inflando y engañando al ego.

Varios místicos, magos y santos han explicado experiencias de iluminación espontánea, en las que la dualidad, la identidad del ego y la distinción entre el yo y el noyo, interno y externo, han sido completamente trascendidos, dando como resultado la experiencia de ser uno con el universo entero. Tales brechas espirituales han cambiado inevitablemente y para siempre las vidas de estos individuos. No obstante, la iluminación no es lo mismo que la autorealización. Aunque la dualidad se puede trascender brevemente y de forma espontánea en algunos casos, la capacidad para mantener este estado unificado de la conciencia en la autorealización sólo puede conseguirse como resultado de una larga e intensa disciplina iniciática.

La Tabla Esmeralda nos instruye: "separa lo sutil de lo evidente". A medida que practicamos las ciencias herméticas, lentamente, con el tiempo y casi imperceptiblemente, nuestra conciencia empieza a cambiar. Es un proceso natural como el crecimiento de una planta, visiblemente evidente desde el exterior. Nos volvemos más calmados y los acontecimientos de la vida cotidiana no nos afectan de la misma manera que lo hacían antes. Nos separamos de las apariencias y comenzamos a descubrir más aspectos sutiles de la realidad y de la verdad.

La Tabla Esmeralda dice que "por medio de esto toda la gloria del mundo será tuya y toda la oscuridad huirá de ti". Curiosamente, la transformación de la autoconciencia viene inevitablemente acompañada de una sensación de bienestar, paz, felicidad y armonía. Al resistir la tentación de permitir al ego que usurpe y corrompa la teúrgia para transformarla en magia vulgar, finalmente llegarán muchas cosas buenas sin esfuerzo adicional.

Así podemos entender perfectamente que la Orden Hermética de la Aurora Dorada no es una escuela de magia vulgar, sino un vehículo externo de ciencia y filosofía herméticas. Como orden externa de Alpha Omega, la Orden Hermética de la Aurora Dorada es una escuela de misterios herméticos "lunares" (externos), donde se enseña principalmente teúrgia externa. El sistema de grados de la Academia Rosacruz de Alpha et Omega, más que una jerarquía de títulos para gratificar al ego, es un sistema estructurado de disciplinas herméticas para la autorealización, arraigadas profundamente en la ciencia y filosofía herméticas. Nuestro el sistema iniciático progresa del "lunar" (externo) a los misterios herméticos "solares" (interno) empleando las técnicas más eficaces para la autotransformación en cada etapa del viaje, hasta que alcanzamos la cumbre, donde "interno" y "externo" no existen. En palabras de Hermes Trismegisto, con las cuales finaliza la Tabla Esmeralda: "así, lo que he llamado el Trabajo solar, está completo”.

 
 
 
 
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