Las Tres Órdenes en el Árbol de la Vida

Desde el principio, el proceso iniciático general en el cual la Aurora Dorada comprende los primeros pasos de un total de 10 grados, cada uno de estos correspondientes a un Sefirá del Árbol Cabalístico de la Vida, así como de tres conjuntos de grados, en el que cada uno corresponde a una orden completa. Cada orden sucesiva es velada de la anterior por los velos de Isis y Neftis (llamado Paroketh).
El primer conjunto de grados de la Orden, equivalente a una licenciatura, consiste en el currículum y el ciclo de iniciaciones de la Orden Hermética de la Aurora Dorada. Los grados de este primer conjunto empiezan con la iniciación de Neófito y corresponde a los Sefirot de Maljut, Yesod, Hod y Netsaj. El segundo conjunto y Orden que sigue a la Orden Hermética de la Aurora Dorada, son aquellos que pertenecen a la Rosae Rubeae et Aureae Crucis. El segundo conjunto de grados, similar a un master o maestría, comienza con la iniciación probatoria del Portal de la Cripta de los Adeptos y corresponde a las Sefirot de Tiféret, Geburah y Jesed. El tercer conjunto de grados es aquel de la Tercera Orden, cuyo verdadero nombre permanece en secreto. Los grados de la Tercera Orden corresponden a los Sefirot de Biná, Jojmá y Kéter, y empiezan con la iniciación probatoria del Portal del Abismo (el cual corresponde al No-Sefirá de Daat).
En la Primera Orden, las fuerzas mágicas son despertadas, activadas y balanceadas en el interior del candidato por el iniciador y los rituales mismos. Estas fuerzas son aquellas de los elementos tradicionales: Tierra, Agua, Aire, Fuego y Espíritu, las cuales están simbolizadas por el Pentagrama. Iniciando en la Segunda Orden, la práctica individual de la magia ceremonial mejora altamente este proceso. La Segunda Orden trabaja activando principalmente las fuerzas de los siete planetas tradicionales: Saturno, Júpiter, Marte, el Sol, Venus, Mercurio y la Luna, los cuales son simbolizados por el Hexagrama. Más adelante en la Segunda Orden, el Adepto aprende a trabajar independientemente con los elementos a través de series de subgrados, los cuales posteriormente diferenciarán esas fuerzas en el aura del Adepto. La Tercera Orden activa principalmente las fuerzas de los signos del Zodiaco, así como también la Sal, el Azufre y el Mercurio alquímicos, los cuales son simbolizados por el Triángulo. Así, el trabajo de la Tercera Orden incluye la alquimia como un proceso psico-espiritual, así como la magia ceremonial.
Extraído del artículo Israel Regardie, Iniciacion y Psicoterapia.